Tienda 965 398 444Taller 965 386 025
*Este artículo está escrito a partir de mi propia experiencia.
La vida se compone a base de experiencias y momentos. No sabes algo hasta que lo aprendes o lo experimentas, y evidentemente no sabes si algo te gusta hasta que lo pruebas, como por ejemplo las típicas lentejas.
En ocasiones, ciertas cosas te pueden atraer más o menos, pero si no lo has vivido no sabes realmente si te gusta o no. Un gran ejemplo son las motos. Por norma general, es algo que visualmente gusta a todos o casi todos, sobre todo cuando eres joven.
Quizás no sepas conducir una moto e incluso mantener el equilibrio, pero sólo por el hecho de vérselo pasar bien a otras personas ya lo achacamos a algo positivo y entretenido.
La cuestión es, si desde un principio te gustan las motos, hayas o no hayas conducido una de ellas, ¿por qué no tener una de joven? ¿o quizás es mejor esperarse a ser un poco más mayor?
Desde mi punto de vista, cualquier momento es bueno para experimentar cosas nuevas, y sobre todo para aprender. Aún recuerdo el momento en que me compraron mi primera moto. Eran otros tiempos, ya que el carnet de moto se podía sacar a los 14 años, pero hasta los 15 no tuve la moto.
Yo fui de esas personas que nunca habían cogido una moto, simplemente quería una porque me gustaba la estética y porque, con esa edad, era el medio de transporte que más me llamaba la atención de todos, sobre todo por el hecho de no tener que hacer mucho ejercicio.
Tras estudiar mucho y aprobar con muy buenas notas, mis padres decidieron cumplir su palabra y me compraron mi primera moto, no era precisamente la que yo quería, pero tenía una moto.
Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que no era algo que me llamase la atención, sino que fue el momento idóneo para descubrir que las motos era una de mis pasiones. Disfruté durante muchos años de ella, viaje a muchos sitios (y mira que era de 49cc) y madure con mi compañera de viaje, hasta que con el tiempo cambie mi pequeño ciclomotor por una scooter de 125cc, que es la que tengo a día de hoy.
Con esta pequeña historia basada en mi experiencia quiero decir que nunca es tarde para descubrir nuevas aficiones, pero cuanto antes empieces mejor, porque lo disfrutarás más, y en cierto modo, te autodescubrirás, llegando a saber desde un comienzo que es lo que quieres, que es lo que no, que es lo que te gusta, y cuales cosas prefieres dejarlas de lado.
Así, que, desde mi humilde opinión, si tienes la posibilidad de tener tu primera moto de 49cc a los 15 años, adelante, tenla, porque las experiencias que vas a vivir con esa edad y tu ciclomotor no tienen precio. Si por cualquier circunstancia no te la puedes permitir a esas edades, pero estas seguro de que quieres una porque te encantan, no lo dejes pasar, y lucha por tu sueño, porque al fin y al cabo ¿para que vivimos sino es para cumplir nuestros sueños?